Una vida Light



Light. Lo escuchamos en todas partes. Comida baja en calorías? Light. una película ligera, "livianita"?Light. Nuestra sociedad actual ("La Posmodernidad" para ubicarnos en el contexto histórico) en cierta medida es una sociedad enferma, de la cual emerge el hombre light, un sujeto que lleva por bandera cuatro características: hedonismo, consumismo, permisividad y relativismo, todos ellos entrelazados por el materialismo. Vivimos en una cultura que cada día se propone a debilitar la voluntad de las personas, para que no actúen por voluntad sino por sentimientos, por impulsos, por sensaciones. Es ésto a lo que se llama Cultura light, las apariencias, el gusto por lo fácil, lograr cosas sin grandes esfuerzos. Las personas lights, haciendo una analogía, son como los productos lights que venden en el mercado: sin "calorías" sin "contenidos grasos"... Hombres entregados al placer, al poder, a gozar sin restricciones. Aparentemente éste "hombre light" sabe, está lleno de conocimientos, pero es algo muy superficial. Aparenta tener valores, pero en realidad es egoísta y vive de las apariencias. Su pensamiento es débil, sus convicciones sin firmeza, su norma de conducta es lo que está de moda; su ética, la estadística; su moral, la neutralidad. En éste contexto entonces "cultura light" vendría a significar individualismo exacerbado, búsqueda inmediata de la satisfacción –con la contraparte de despreocupación/desprecio por el otro–, escasa profundidad en el abordamiento de cualquier tema, superficialidad, falta de compromiso social o incluso humano, banalidad, liviandad. Todo ello marcado por un culto a las apariencias. Se juzga al otro por cómo va vestido o por el tipo de comida que ingiere, por la marca de teléfono celular que usa o por el peinado que lleva; y eso decide todo. El continente subsumió al contenido. Sólo importan las formas, ser bello, estar bien presentado. Lo demás, no cuenta.

Como elemento básico en la conformación de esta cultura tenemos los medios audiovisuales, y en especial la televisión. No podría decirse mecánicamente que televisión es sinónimo de cultura light; pero sin dudas tiene una estrecha relación. En este período que marcó la caída del muro de Berlín, la realidad virtual, la realidad de las imágenes, si bien desde hace décadas viene modelando las ideologías dominantes, ha pasado a ser ahora vehículo por excelencia de esta moda de lo banal. Nada mejor que la cultura televisiva para el surgimiento de la era del "no piense". Podría decirse que lo que generó el capitalismo desde mediados del siglo XX en adelante, siempre con fuerza creciente, hoy ya como moda global, es el llamado al "no piense, mire la pantalla". Ante la imagen, absoluta y destellante, el pensamiento conceptual, la reflexión crítica, más lenta, cae vencida. La imagen presenta sin mediaciones un sinnúmero de estímulos que actúan de forma masiva e inmediata a nivel del sistema nervioso central. El poder de la imagen es mayor que toda otra vía de transmisión. Por eso la televisión es la matriz fundamental de esta cultura de lo no reflexivo.

De ésta forma, y en términos generales, la vida comienza a carecer de "gracia". Al ser una cultura "floja" "pasiva" que vive el día a día en pos de la comodidad, se deja llevar por esta corriente que lleva a un vacío existencial que carece de forma. La globalización nos entrega herramientas muy útiles desde el punto de vista práctico. Pero, ¿Qué pasa con el hombre light? Lo malgasta. Usa de mala forma los medios. Es por ésto que podría traducir todos éstos hechos como "una bola de nieve" o "circulo vicioso", que de no ser frenada, podría acabar definitivamente con la vida del hombre light.

Me gustaría compartir un extracto de Luis Britto García, un escritor Venezolano del sigo XX:

"La regla de lo light es la sistemática omisión de lo pertinente: cigarro sin nicotina, café sin cafeína, azúcar sin azúcar, música sin música". (…) "Política sin política. Partidos sin partidos. Organizaciones sin ideología. Carismas sin programas. ¡Misterio sin profundidad! ¡Revelación sin pavor! ¡Iluminación sin trascendencia! ¡Nirvana instantáneo! ¡Paraíso desechable! ¡Purgatorio spa! ¡Fast God! Consumismo industrial beatificado en el supermercado espiritual". (…) "Ángeles y modelos no menstrúan, o no debe parecer que lo hacen. En su obsesión por ocultar la función real y mostrar la simbólica, postula lo light vientres que no digieren, senos que no amamantan, carne que no envejece. La biología no existe. Toda expresión fisiológica ha de ser testada. El apetito es crimen, el vello tabú, el olor pecado mortal, el sudor alta traición. El desodorante es el sacramento light. La anorexia, su estado de gracia."

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